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La salamandra común (Salamandra salamandra)

Nombre científico:

Salamandra salamandra (Linnaeus, 1758)

Nombre común:

Salamandra común (Cast.), salamandra (Cat.)

Distribución:

Los salamándridos son un grupo vicariante del linaje Ambistómidos-Pletodóntidos que se encuentra en el continente americano, exceptuando unas cuantas especies de Pletodóntidos que también se encuentran en Europa. El género Salamandra es uno de los más antiguos de la familia y se encuentra restringida su área de distribución al oeste de Eurasia, teniendo un origen muy probablemente europeo.

Es un urodelo paleártico que se distribuye por Europa central y meridional, faltando en: el norte, islas británicas, Dinamarca, Escandinavia, Islas Baleares, Cerdeña y Sicilia. Fuera de Europa, se distribuye por el noroeste de África, también en Asia menor, Siria, Israel y Kurdistan.

En la Península Ibérica, se encuentra en Portugal y norte de España (Galiza, Cornisa Cantábrica, Pirineo y Prepirineo) con una distribución casi continua. Falta en la submeseta norte y en el sistema ibérico meridional, quedando una población aislada que podría encontrarse en el macizo de Peñagolosa.

Existe una clara discontinuidad entre las poblaciones catalanas y las del sistema central y Penibético, y la conexión con el resto de poblaciones ibéricas, se produce vía el sistema pirenaico.

Dentro de la comunidad catalana, la salamandra común se encuentra ampliamente distribuida en las provincias de Barcelona y Girona. El Atlas de anfibios la cataloga de especie abundante y se encuentra distribuida, acorde con los puntos de muestreo, en el 50,7% del territorio.

Hay importantes vacíos en determinadas zonas: Aiguamolls de l’Empordà, litoral de Tarragona, Delta del Ebro, Depresión central y norte del Montsec.

-Subespecies-

La existencia de varias subespecies con un área de distribución concreta, hacen necesario crear un apartado especial dentro de la distribución general de la especie. Os comentamos las 10 subespecies reconocidas en la actualidad, aunque es muy probable que esta cifra vaya en aumento en los próximos años.

Salamandra salamandra salamandra. Península balcánica a excepción de los montes de Pirín (Bulgaria), también en la zona de los Cárpatos, Sudetes y Alpes (no en el Jura), por el oeste hasta llegar a Niza.

Salamandra salamandra terrestris. Zonas bajas de los Pirineos septentrionales hasta el macizo del Jura cerca de los Alpes, Francia, Benelux, este del Elba hasta Zittatu, Radebeul y Reichenbach, por el norte hasta Lübeck y Eutin; una amplia zona mixta con la subespecie anterior en Alemania central, Polonia y la antigua Checoslovaquia.

Salamandra salamandra bernardezi. En la ciudad española de Oviedo (Asturias), eventualmente en zonas del noroeste de España, como el lago de la Ercina.

Salamandra salamandra beschkovi. Montes de Pirin (Bulgaria).

Salamandra salamandra gigliolii. Parte oriental de los Apeninos ligures hasta la punta suboccidental de la bota.

Salamandra salamandra fastuosa. Pirineos centrales hasta llegar a los montes Cantábricos, casi hasta la frontera con Galiza.

Salamandra salamandra gallaica. Portugal, noroeste de España, algo más hacia el oeste de la línea de Ferrol hasta el nordeste de Portugal.

Salamandra salamandra crespoi. Serra de Monchique, entre los 200 y 600 metros de altitud, por el oeste hasta Espinhaço do Cao, por el este hasta la Serra do Caldeirao (Portugal).

Salamandra salamandra bejarae. España con excepción de los Pirineos, los montes Cantábricos y Galiza.

Salamandra salamandra almanzoris. España central, Sierra de Gredos, laguna Grande de Gredos (2027 m) y Cinco Lagunas.

(Muchas de estas distribuciones están sometidas a revisión)

Fuente: Nöllert, Christel&Andreas. Los anfibios de Europa. 2ª Edición.

Legislación:

La Legislación Española prohíbe el mantenimiento en cautividad de la salamandra común, de modo que su tenencia es ilegal y está penado por la ley. Para realizar estudios de índole científica que requieran su mantenimiento en cautividad, se deberán pedir los permisos pertinentes al Departamento de Medio Ambiente.

Descripción:

Se trata de un urodelo de cuerpo robusto que puede alcanzar los 280 mm de longitud total. La cabeza es deprimida, ancha, redondeada y con los ojos prominentes, detrás de los cuales, pueden observarse un par de glándulas parótidas, arriñonadas, bien desarrolladas situadas una a cada lado y en las cuales, pueden verse los poros glandulares a simple vista en forma de pequeños puntitos negros.

La cola presenta una sección subcilíndrica y las extremidades son robustas, presentando como es típico: cuatro dedos en las extremidades anteriores y cinco en las posteriores. La piel es lisa y presenta una coloración muy característica que varía según las subespecies. Típicamente, consiste en una coloración aposemática basada en manchas amarillas que destacan sobre un fondo negro. En algunas poblaciones de determinadas zonas de la Península Ibérica, se pueden encontrar ejemplares con coloraciones anaranjadas y rojizas realmente bellas.

La coloración aposemática es la coloración, generalmente de colores brillantes (combinaciones de amarillo y negro), que utilizan algunos animales para advertir a sus posibles depredadores de la presencia de veneno. Quizás, el ejemplo que os puede resultar más familiar es el de las avispas. Nadie confunde a las avispas, incluso desde edades muy tempranas, ya que rápidamente aprendemos que esa coloración siempre es sinónimo de peligro.

Por el contrario, el vientre no presenta una coloración tan llamativa. Domina la coloración: gris, negra o pardusca, aunque también pueden encontrarse algunos jaspeados de brillantes colores especialmente en los laterales.

Aparte de las glándulas parótidas que os hemos comentado, el cuerpo de estos salamándridos presenta dos líneas paralelas de glándulas dorsales que llegan hasta el inicio de la cola.

Hábitat:

Es un típico habitante de los bosques de caducifolios y, más raramente, la encontramos en bosques abiertos de coníferas con un estrato de musgos. En Europa central y oriental, es común en los bosques de hayas (Fagus), mientras que en el sudoeste de Europa, vive en el sotobosque de bosques de encinas y robles. Las densidades más altas de población se suelen encontrar en los márgenes de las masas boscosas.

Se encuentra desde nivel de mar hasta los 2300 metros de altitud. En las áreas más secas, está ausente en las bajas altitudes.

Todos los lugares frecuentados por esta especie tienen la tónica común de presentar: hojarasca, tocones, maderos en descomposición, hendiduras en maderos y rocas, madrigueras de pequeños mamíferos, etc... A todo esto, la atmósfera reinante deber ser fresca y cargada de humedad.

Zona de freza de Salamandra salamandra gallaica en el Regato de Piñeira (Cruz do Incio – Lugo)

No es buena nadadora cuando es adulta, de modo que únicamente se dirige a los arroyos de aguas frescas, limpias y oxigenadas durante la reproducción. De todos modos, como veremos en el apartado de reproducción, existen casos en los que ni eso.

Nosotros la encontramos compartiendo hábitat en Galicia con rana patilarga (Rana iberica) y salamandra rabilarga (Chioglossa lusitanica).

Costumbres:

No es extrañaréis si os decimos que la salamandra común es de hábitos crepusculares y nocturnos, ya que es la tónica dominante en la gran mayoría de anfibios. De todos modos, en días nublados y lluviosos, podemos verlas merodeando a cualquier hora del día.

Descansan en cavidades naturales (madrigueras de micromamíferos, hendiduras de piedras, debajo de madera caída, tocones, etc...) durante el día o bien durante la época de hibernación. Son animales solitarios, aunque en la época de reproducción, es posible encontrar agrupaciones de individuos en lugares especialmente favorables.

Las salamandras adultas seguramente no tengan enemigos naturales o, al menos, se desconoce su existencia. Se sabe que diversos animales vomitaron o incluso murieron, después de ingerir ejemplares de salamandra común. De todos modos, los juveniles sí pueden ser presa de animales domésticos si se presenta la ocasión o de aves como el autillo.

La principal defensa con la que cuentan estos animales son sus secreciones cutáneas tóxicas. Dicha secreción contiene un alcaloide llamado samandarina, con efectos mortales según dosis y concentración.

Alimentación:

Se nutren principalmente de invertebrados errantes tales como: milpiés, orugas, lombrices de tierra, arañas, etc... En los estudios de contenido estomacal realizados a varias salamandras, se hallaron: caracoles terrestres, milpiés, lombrices de tierra, arañas y orugas de mariposa.

Dimorfismo sexual:

Presentan el dimorfismo más clásico de los urodelos. Los machos presentan una cloaca más abombada que las hembras y las extremidades anteriores más largas. Aunque ya es un poco más de detalle y matiz, se puede apreciar, frecuentemente, una mayor robustez en el caso de los machos.

Reproducción:

El apareamiento tiene lugar en tierra entrada la primavera en Europa Central. El macho persigue a la hembra y presiona con su hocico desde arriba sobre el dorso de su compañera e intenta deslizarse por debajo del cuerpo. Con sus extremidades anteriores, sujeta a la hembra por detrás y realiza movimientos de cabeza contra su garganta y también pendulares con su cola para estimular la región cloacal de la hembra.

Si todos estos movimientos son respondidos por la hembra, el macho emite un espermatóforo (paquete de esperma) que es cuidadosamente recogido por los labios cloacales de la hembra descendiendo lentamente hasta él.

La fecundación, por tanto, es interna y tras una gestación de unos 8 meses, tiene lugar la deposición de unas 8- 60 larvas con branquias (no hay huevos). Miden como promedio, unos 24-35 mm y su metamorfosis se completa al cabo de 4 meses, dependiendo de la temperatura ambiental y otros factores. Los juveniles miden unos 46-65 mm de longitud total y alcanzan la madurez sexual al cabo de 2-4 años, llegando a vivir hasta 20 años en libertad (el record en cautividad está en 50 años). En algunos casos, como S. salamandra almanzoris, las larvas al nacer son muy pequeñas, pero tras un largo desarrollo larvario, completan su metamorfosis cuando miden de 90 a 94 mm de longitud.

La reproducción de estos animales tiene casos excepcionales. Por ejemplo, se sabe de la capacidad que tienen algunas hembras de urodelo para almacenar el esperma vivo de los machos durante varias generaciones en unas cavidades llamadas espermatecas. Este hecho se ha comprobado en salamandras y se ha visto, que algunas han dado descendencia fértil durante varios años sin presencia de macho y habiendo tenido una única relación sexual.

No debe extrañarnos este fenómeno, dado que las costumbres solitarias de estos animales y sus pausados movimientos, bien podrían hacer que, en alguna época de reproducción, machos y hembras no llegaran a encontrarse por simple azar. De este modo, las hembras se aseguran su fecundación y tienen reservas por lo que pueda pasar.

Al hecho azaroso de encontrarse, se ha visto que algunos machos practican una serie de rituales, como si fueran hembras, para hacer perder el tiempo a los machos rivales que se encuentran en su territorio. Así, se aseguran poder fecundar al mayor número de hembras posible.

Si no habéis tenido suficiente con estas sorpresas, todavía hay más. Ya sabéis, por lo que os hemos explicado en el apartado de hábitat, que las salamandras tienen una especie de “alergia” a las grandes masas de agua y que sólo se acercan a ellas durante la reproducción por necesidad de su prole. Si bien, lo que os hemos dicho hasta ahora sería la tónica dominante, existen algunas subespecies (S. salamandra fastuosa y S. salamandra gallaica) que pueden facultativamente dar a luz de 5 a 8 salamandras perfectamente formadas de 35-50 mm de longitud y que no requieren la presencia de masas de agua para desarrollarse, sino que con la humedad ambiental que también requieren los padres, tienen suficiente. Otras, en cambio, han tomado esta estrategia como sistema (no hay ninguna dependencia de masas de agua) como es el caso de la S. salamandra bernardezi que pare siempre crías vivas y completamente desarrolladas.

Dentro de estas rarezas y, aunque no sean fecundos, se ha observado a la S. salamandra terrestris en la naturaleza depositando huevos sin fecundar, del mismo modo que también se ha observado esta práctica en S. salamandra bernardezi en cautividad. Son comportamientos curiosos que presentan estos animales y que creíamos merecían la

pena comentar.

Acabamos la ficha con dos imágenes de larvas de S. salamandra gallaica tomadas el verano de 2004. La primera está tomada directamente en el arroyo, mientras que la segunda, fue hecha colocando al animal en un trasportín y después, fue devuelto nuevamente al arroyo.

Fijaos en las manchitas blancas que se observan en la base de cada extremidad, ya que son características de la especie, y facilitan su identificación. La coloración llamativa, únicamente la alcanzan cuando su desarrollo está bastante avanzado.

 

 

A.Maceda & I.González | www.alaquairum.com

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