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¿Qué entendemos por acuario de agua fría?

¿Quién no conoce al cometa, boina roja, telescopio, etc...? Seguramente, muchos de nosotros cuando comenzamos este hobby lo hicimos con alguno de estos peces en la clásica pecera de bola o en un mini acuario de los llamados de agua fría, pero... ¿Sabemos exactamente a qué nos referimos cuando hablamos de agua fría?¿Tendría sentido utilizar este término si viviéramos en un país de clima tropical? Esta y muchas otras cuestiones son de las que vamos a hablar en el presente artículo.

Creemos que por los momentos inolvidables que nos ha hecho pasar nuestro primer pez rojo, bien merece que hagamos un breve recorrido histórico que nos lleve hasta los orígenes de nuestro hobby para acto seguido, indagar en las variedades más comunes que encontramos comercializadas del clásico carpín (Carassius auratus).

 

Hemos de remontarnos a la época del imperio romano para encontrar los primeros indicios de mantenimiento de peces en cautividad, si bien no se criaban con fines ornamentales sino puramente gastronómicos, siendo la mayoría especies marinas que debían ser fácilmente capturadas en los diques y canales creados por el hombre.

La cría de peces con fines ornamentales comienza en Oriente, donde se desarrolló una industria bastante potente de fabricación de peceras de interior, estanques y fuentes al aire libre, siendo especialmente importante en la época del emperador Hongwu allá por el siglo XIV cuando se llegaron a importar este tipo de recipientes hasta Japón. Desde hace miles de años, los chinos cuidaban y criaban ya los primeros peces rojos, aunque no todos tenían la oportunidad de hacerlo al ser un privilegio reservado al emperador y personal muy cercano a éste.

Los acuarios en los que vivían aquellos peces no se parecían en nada a los actuales, eran simples peceras redondas de porcelana o con un poco de suerte fuentes de jardín donde sólo peces de coloración muy intensa podían despertar el interés de los observadores.

 

Como se puede deducir del texto, los carpines o peces rojos (Carassius auratus) son originarios de China y con toda probabilidad, los inicios de la cría de éstos datan de la dinastía Tang allá por los años 618-907 DC. Sin embargo, no encontramos pruebas que demuestren este hecho hasta la dinastía de Song que data de los años 970-1278 d.C. donde se asegura la presencia de peces de colores en Shanxi y Suchow. Es fácil imaginarse que en aquella época no existían las variedades de formas y colores que tenemos actualmente del pez rojo, ya que no es hasta otros 300 años más tarde que comenzamos a encontrar las primeras variedades con aletas en forma de velo, protuberancias, ojos prominentes, etc...

El motivo que impulsó a los chinos a seleccionar peces cada vez con formas más extravagantes debemos buscarlo probablemente en la necesidad de hacer más atrayentes sus estanques al no producir el clásico pez rojo visto desde arriba en sus peceras de porcelana el efecto deseado.

Los recipientes de porcelana tuvieron una gran aceptación en Japón, así que se decidió allá por los años 1611-1691, vía los mercaderes portugueses que comercializaban con los países de oriente, introducir los peces rojos en Europa.

No se sabe a ciencia cierta como ocurrió exactamente pero, según las crónicas de la época, fue la Compañía de Indias quien regaló un grupo de peces de colores a madame Pompadour ni más ni menos que la favorita de Luís XV. De esta curiosa forma, comenzó una nueva moda en la nobleza, ya que los precios de estos peces no eran asequibles para el pueblo llano.

 

Dejando a un lado las reseñas históricas que nos han llevado hasta la introducción de los peces rojos en Europa, es momento de indagar acerca de las características anatómicas que definen al clásico Carassius auratus para posteriormente, mostrar algunas de sus variedades más comunes.

Los carpines comunes se caracterizan por presentar una forma ahusada con unas aletas cortas y un color rojo intenso que les dio el sobrenombre de peces rojos. Esta variedad rojiza fue muy popular durante muchos años, sin embargo, actualmente lo que encontramos suelen ser individuos de colores anaranjados de diferente intensidad de color. Son animales bastante longevos que incluso hay datos que hablan de más de 40 años y la longitud máxima que alcanzan en un estanque es de 50 cm. siendo común tamaños inferiores.

 

Como ya dijimos anteriormente, podemos encontrar en el mercado peces con formas extravagantes debido al claro objetivo de la industria piscícola en buscar cada vez formas más atrayentes y el resultado ha sido la aparición de: pez telescopio,  ojo de burbuja, ryunkin, shubunkin, "pon pon", boina roja, etc... Sin embargo, compiten de forma directa con las variedades cromáticas de carpas koi que se han hecho cada vez más populares en los estanques de jardín y que derivan todas de la carpa común (Cyprinus carpio), pero.... ¿Por qué reciben estos peces la catalogación de agua fría?¿Acaso no toleran temperaturas más cálidas?

 

 

"Boina roja"

 

La clave para entender el concepto "pez de agua fría" pasa por comprender el significado de rango de tolerancia térmica. Todos los organismos vivos presentan una temperatura en la cual se desarrollan de forma adecuada y es lo que llamamos rango óptimo que normalmente no es un valor determinado sino un intervalo y conforme nos alejamos de los valores que comprenden éste, entramos en las regiones críticas bien sea por exceso de temperatura o por defecto.

Los peces de agua fría presentan una tolerancia térmica bastante amplia lo que les permite desarrollarse en temperaturas frías y de igual modo en temperaturas cálidas. Sin embargo, cuando las temperaturas son excesivamente frías y se escapan del rango óptimo se produce un descenso acusado del metabolismo que se traduce en falta de apetito, movimientos lentos, etc... no reanudándose la actividad hasta la subida de las temperaturas. Esto es fácilmente observable si tenemos un estanque de jardín con la llegada del invierno.

Así pues, debido a esta capacidad de tolerar temperaturas bastante dispares, éstos peces en nuestras latitudes reciben la catalogación de peces de agua fría al no ser necesario ningún sistema de calefacción para mantenerlos en nuestros hogares incluso en la estación desfavorable. Recordemos, sin embargo, que las variedades de dobles colas y aspecto "pelota" tipo boinas rojas, telescopios, etc... no tienen un rango de tolerancia tan amplio, de modo que son especies poco adecuadas para estanques al aire libre donde haya inviernos rigurosos.

Si nosotros viviéramos en latitudes más cálidas no tendría sentido hablar de peces de agua fría o agua caliente al estar a una temperatura prácticamente constante tropical. Por eso, este concepto es únicamente válido para aquellas regiones donde haya importantes fluctuaciones térmicas de una estación a otra.

 

¿Qué pasaría si mantuviésemos en un acuario tropical un carpín? Se ha comprobado que estos animales para desarrollarse necesitan variaciones de temperatura, puesto que aunque toleran las temperaturas cálidas prefieren temperaturas algo más bajas de las que usualmente se dan en un acuario tropical. El problema radica, como suele pasar en la mayoría de (organismos incapaces de regular su temperatura corporal), que un incremento de temperatura se traduce en un aumento del metabolismo que conlleva un desgaste físico al animal que si se mantiene de forma constante acelera su envejecimiento y por tanto, acorta su vida.

Fisiológicamente, los peces de agua fría tienen una demanda mayor de oxígeno que los peces tropicales comunes (dejemos a un lado los peces rápidos de los arroyos), de manera que en un acuario con agua caliente, la concentración de oxígeno disuelta es sensiblemente más baja que en un acuario de agua fría y esto también es un punto clave en contra del mantenimiento de especies de aguas frías en acuarios tropicales. Aparte existen diferencias notables en el tipo de nutrición que necesitan unas especies u otras pero, es algo en lo que no vamos a entrar en este artículo.

Sin embargo, existen especies cuyo rango óptimo de temperatura lo encontramos en agua fría como es el caso de esturiones, truchas, etc... para los cuales el hecho de subir la temperatura puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte siendo por tanto, especies estrictamente de agua fría.

 

Hasta el momento, hemos hablado exclusivamente de los clásicos peces de agua fría... ¿es que no existen alternativas? ¡Por supuesto que sí! Es precisamente sobre esto de lo que hablaremos en el siguiente artículo, donde volveremos a hablar del concepto de rango de temperatura, y nos sorprenderemos ante especies clásicamente tropicales que pueden vivir en perfectas condiciones en agua fría.

 

A.Maceda & I.González | www.alaquairum.com

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