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Grillos

Descripción

Biología de la especie

Especies de interés

Técnica de cría

Los grillos son unos insectos que pertenecen al orden de los Ortópteros que forman junto con saltamontes y langostas un grupo fácilmente reconocible por su capacidad para desplazarse mediante saltos. Se conocen más de 2200 especies, distribuidas en más de 10 subfamilias y 305 géneros.

 

Descripción

Los grillos se distinguen de otros Ortópteros, por su cabeza globulosa, antenas largas y finas, un pronoto (parte superior del protórax) aplanado dorsalmente y un largo oviscapto en el caso de las hembras que permite la puesta de huevos enterrados en el sustrato a cierta profundidad.

Recorriendo el eje dorsal, después del pronoto nos encontramos los élitros que presentan un nerviación característica en el caso de los machos, lo que los convierte en un potente órgano sonoro que es utilizado por éstos para marcar su territorio y atraer a las hembras.

Encontramos en las extremidades anteriores la capacidad para captar el sonido a modo de tímpano auditivo, lo que permite tanto a machos como a hembras captar los estímulos sonoros del ambiente.

Las extremidades posteriores son robustas y capacitadas para el salto, característica que define al grupo.

 

Biología de la especie

Los grillos son animales de costumbres crepusculares y nocturnas que pasan las horas del día ocultos en hoquedades del suelo muchas veces realizadas por ellos mismos. Si bien, no todas las especies son propias de zonas boscosas o cultivadas ya que existe un buen grupo de ellas que habitan en el interior de las casas.

Se adaptan fácilmente a los ambientes más inverosímiles lo que los convierte en unos animales todo terreno e incluso estudios realizados revelan entre las especies estudiadas un sincronismo matemático entre los estadios de desarrollo y las estaciones del año e incluso se producen fenómenos de diapausa (detención en su desarrollo) que les permite sobrevivir en condiciones desfavorables.

Tenemos diversidad en la duración de los ciclos vitales que varía en función de la especie ante la cual nos encontremos. La especie Gryllus rubens de América del Norte realiza dos puestas al año con una diapausa en la generación invernal por el contrario, el alacrán cebollero (Gryllotalpa gryllotalpa) necesita dos años para darse una generación completa.

 

Especies de interés

Hemos visto como existen multitud de especies de grillos si bien, de interés para su cría en cautividad son más bien pocas debido a que deben reunir una serie de características como: puestas contínuas, baja agresividad, adaptabilidad al criadero, etc...

Acheta domestica (macho)

Las dos especies de grillos que más usualmente vemos en los comercios son: el grillo doméstico (Acheta domestica) y el grillo negro (Gryllus campestris). El grillo doméstico se trata de un insecto social que presenta baja rivalidad entre machos, se alimenta fácilmente en cautividad y tolera perfectamente las condiciones de un criadero. Por el contrario, el grillo de campo o negro se trata de un insecto bastante agresivo con sus congéneres lo que provoca pérdidas importantes de individuos, necesitándose criaderos más voluminosos y por tanto, no es la especie más utilizada por los aficionados para llevar a cabo su cría.

Así pues, en el presente artículo nos dedicaremos al grillo doméstico, intentando mostrar al lector una forma simple de reproducirlo en poco espacio y con elevadas garantías de éxito.

 

Técnica de cría

No necesitamos grandes infraestructuras para reproducir a estos insectos nos bastará un acuario viejo de tamaño medio para garantizarnos un surtido de grillos de diferentes tamaños durante mucho tiempo siempre y cuando llevemos a cabo unas mínimas labores de mantenimiento necesarias para mantener la limpieza del criadero y evitar infestaciones por plagas (ácaros muy común).

El recipiente nos puede servir un acuario de unos 20-60 litros en función de la cantidad de grillos que necesitemos y deseemos mantener, provisto de una tapa con reja metálica que garantizará una correcta ventilación del recinto y evitará la fuga de estos estridentes huéspedes.

El fondo del acuario lo podemos recubrir con zeolita (tierra de gato no aromatizada) que nos permitirá mantener en el recinto, unas condiciones ambientales óptimas durante mucho tiempo y nos facilitará las labores de limpieza.

Los grillos beben como el resto de organismos vivos y por ello, deberemos proveerles de un recipiente con agua. Después de probar varios sistemas, el que mejor resultado nos ha dado es la utilización de los típicos bebederos tubo de pájaros a los cuales en la boquilla se les coloca una pequeña esponja de la cual los insectos puedan absorber el agua, lo mismo puede hacerse con una pequeña rejilla, la cuestión es evitar que los grillos entren dentro del tubo y se ahoguen.

Sino queremos utilizar bebederos, tenemos la alternativa de suministrar diáriamente frutas y verdura frescas de las cuales de paso que se nutren utilizan el agua que en ellas se encuentra presente, sin embargo, por experiencia propia encontramos mucho más práctico el empleo de bebederos.

La alimentación de estos insectos no plantea ningún problema puesto que se trata de animales que aceptan los piensos elaborados para perros, gatos, conejos, etc...de modo que simplemente deberemos colocarles en un pequeño comedero una cantidad de éstos y cuando se la acaben ponerles una nueva ración. Si queremos podemos enriquecer su dieta añadiendo ocasionalmente algún trozo de fruta, pan, etc... que los grillos consumirán gustosamente.

En el recipiente deberemos colocar refugios debido a que estos insectos mudan y cuando se desprenden de la exuvia (exoesqueleto de quitina viejo) quedan vulnerables a ser atacados, incluso por sus propios congéneres. Colocando refugios disminuímos la pérdida de ejemplares en tal vulnerable etapa y nos pueden servir perfectamente cajas de huevos, papel arrugado, tubos de PVC, etc...

Los refugios también permiten a los machos definir su territorio de modo que también disminuímos las disputas por éste.

Falta una pieza clave en todo nuestro montaje y son los ponederos. Podemos proveernos de un pequeño recipiente de unos 10 cm de altura en el que colocaremos tierra de jardín, arena de sílice o cualquier otro elemento similar que mantendremos ligeramente húmedo. En él, las hembras se encargarán de enterrar, gracias a su oviscapto, los huevos que eclosionarán al cabo de unos 15 días con una temperatura ambiental superior a los 22ºC.

¿Cómo evitar el estridulante ruido de los grillos? No existe mecanismo alguno de eliminarlo completamente, puesto que es un comportamiento innato de la especie, sin embargo, podemos disminuirlo si la proporción de hembras por cada macho es muy alta, así como si en el criadero encontramos pocos machos.

 


 

Con esto damos por finalizado el artículo dedicado a la cría del grillo doméstico, esperando que permita a muchos herpetólogos conseguir grillos de los más variados tamaños para alimentar a sus animales, cosa a veces difícil, dependiendo de la zona en la que vivamos.

 

A.Maceda & I.González | www.alaquairum.com

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