Escarabajo de la harina
Descripción
Biología de la especie
Especies de interés
Técnica de cría
Uno de los alimentos más utilizados para alimentar a aves de corral, reptiles y anfibios terrestres es, sin duda, las larvas del escarabajo de harina, sin embargo como veremos, no es considerado uno de los alimentos más apropiados lo que no quita que sea uno de los más fáciles y baratos de conseguir.
Descripción
Pese a la tendencia de muchos aficionados a llamarles “gusanos de harina”, no pertenecen al taxón de los gusanos típicos, sino que son insectos, concretamente del Orden de los Coleópteros. De hecho, la parte aprovechable de estos insectos en herpetología son sus larvas que sí presentan un forma vermiforme pero, con 3 pares de patas en su extremo anterior y provistas de mandíbulas en la boca, lo que las separa de forma rápida del grupo de los Anélidos (gusanos típicos).
En el siguiente esquema se pueden observar las características del grupo de los Coleópteros, utilizando como modelo un escarabajo típico:
El adulto es un coleóptero de pequeño tamaño y color negro que rara vez supera los 2 cm. de longitud. Está provisto de unas estructuras endurecidas en el dorso que reciben el nombre de élitros, característica compartida con el resto de escarabajos que englobamos dentro de este grupo. Los élitros no son más que un endurecimiento del primer par de alas a modo de protección, encontrando bajo éstas, la presencia de un segundo par de alas ya típicamente membranosas que les recubre el abdomen.
Destacamos que pese a tener estas estructuras nunca hemos observado desplazamientos por el aire de estos coleópteros como pudieran realizar otros representantes del grupo.
Como es típico de cualquier artrópodo, presentan un exoesqueleto de quitina que mudan con regularidad gracias a la acción de hormonas y que les permite crecer teniendo la capacidad de regeneración de partes dañadas. Tras la muda, suelen presentar un color blanquecino y son blandos, lo que los hace vulnerables a los depredadores, de modo que suelen esconderse hasta que se produce el endurecimiento de la nueva cubierta.
Este proceso afecta tanto a los adultos como a las larvas, realizándose en intervalos más cortos y siendo mucho más numerosas en individuos jóvenes que no en adultos.
Las larvas presentan un cuerpo cilíndrico y segmentado de color amarillento, provisto de unas potentes mandíbulas en su extremo anterior, así como de seis patas que les permiten desplazarse como en el caso de los adultos (Hexápodos).
El ciclo consiste en un estadio de larva que es móvil, una fase de pupa (estática y donde tiene lugar la metamorfosis) y el adulto que vuelve a ser móvil. La duración aproximada es de seis meses, momento en el cual de la pupa emerge un imago que es el nombre que recibe el insecto adulto. A este tipo de metamorfosis en la que el animal experimenta una gran transformación se la conoce en zoología con el nombre de holometabolia.
El contenido en quitina de su exoesqueleto es especialmente bajo después de la muda cuando todavía se muestran blanquecinos y es un hecho muy importante a tener en cuenta cuando los suministremos como alimento vivo al ser mucho más digeribles.
Biología de la especie
El escarabajo molinero o de harina es un animal que se adapta perfectamente a las condiciones de oscuridad, ya que suele habitar los silos de harina o de grano donde la luz es más bien escasa llegando incluso a reproducirse en estas condiciones sin problema alguno.
Rara vez lo encontramos alejado de zonas frecuentadas por el hombre, al depender de éste en su alimentación. Es considerada una de las plagas más frecuentes en los lugares de almacenamiento de grano o derivados de cereales como la harina que forman una parte muy importante de la alimentación de este insecto.
Existe separación de sexos aunque es difícilmente perceptible para quien no esté acostumbrado a trabajar con estos animales y son ovíparos, realizando las puestas en trapos viejos, pan o cualquier estructura que encuentren cercana al lugar donde habitan.
Se trata de una especie todo terreno que no tiene especiales requerimientos en cuanto a condiciones ambientales para reproducirse como suele pasar con la mayoría de especies causantes de plagas.
Especies de interés
La única especie comercializada con estas características es el escarabajo de harina común (Tenebrio molitor,(foto)), siendo muchas veces confundido con el llamado “gusano de harina gigante” (Zoophoba) pero, no son ni la misma especie ni una variedad obtenida por ingeniería genética como incluso se han aventurado a decir algunos, sino que se trata de dos especies distintas que no se asemejan ni en las condiciones necesarias para su reproducción.
Las larvas de Tenebrio no deben formar parte de la dieta básica de ningún animal al ser animales con gran contenido en grasas que producirían obesidad, así como un elevado contenido en quitina que los hace ser animales un poco indigestos, de modo que reservémoslos sólo como un suplemento y a ser posible que sean ejemplares recién mudados.
Técnica de cría
El tamaño del recipiente irá en función de la cantidad de animales que tengamos que alimentar al ser directamente proporcional a la cantidad de larvas producidas. Podemos utilizar desde un acuario viejo hasta recipientes de plástico de las tiendas " todo a 1€ " sin que ello condicione el éxito de la cría de este insecto.
En el interior del recipiente, deberemos colocar el sustrato nutritivo de cría que estará formado principalmente por cereales diversos mezclados con harina y algunos trozos de pan duro.
Nosotros recomendamos la introducción en la mezcla de zeolita (tierra de gato no aromatizada) que cumple un papel muy importante absorbiendo la humedad que se pudiera producir en el interior del contenedor evitando la proliferación de un de las plagas más frecuentes en los cultivos de alimento vivo e incluso en los terrarios, los ácaros. Con esto no garantizamos un 100% de éxito pero, sí conseguimos disminuir la posibilidad que hagan acto de presencia.
Si en algún momento se diera una infestación por ácaros, lo mejor es tirar todo el material de cría, desinfectar el contenedor y volver a empezar de nuevo. Es por ello que siempre se recomienda en cualquier cultivo de alimento vivo tener réplicas para evitar perder la colonia de cría.
El recipiente deberá estar cubierto por una tela metálica lo que evitará posibles fugas y entrada de otros insectos que pudieran arruinar nuestro contenedor de cría.
Como lugar de puesta, podemos colocar papel de periódico arrugado, cartones de huevos apilados, un trozo de saco viejo, etc... donde las hembras puedan realizar las puestas y por otro lado, también servir de refugio a los individuos recién mudados.
No somos partidarios de suministrar agua, ya que durante todo el tiempo que hemos criado escarabajos de harina nunca hemos utilizado ninguna fuente de agua y siempre hemos obtenido buenos resultados. Es más, la única vez que suministramos trozos de verdura dio como resultado una plaga de ácaros al poco tiempo de iniciarse el cultivo, esto no quiere decir que no se pueda hacer pero, nosotros no lo recomendamos.
Con este simple montaje y añadiendo una ración de larvas de escarabajo es posible iniciar un cultivo que nos sea productivo durante muchos tiempo y que únicamente requerirá el suministro de raciones de pan, cambios cada ciertos meses de parte del sustrato e introducción de nuevas larvas para renovar la genética de la colonia.
Podemos comenzar a retirar individuos una vez veamos la aparición de pequeñas larvas en el contenedor de cría, siendo interesante esperar a que se haya producido una generación completa antes de realizar la primera criba de individuos.
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