Cosmocaixa. Un paseo por el Amazonas.
El nuevo museo de la ciencia abrió sus puertas el pasado verano con una inversión de 100 millones de euros y aspira a convertirse en el museo científico más moderno de Europa.
El nuevo edificio de 50.000 metros cuadrados multiplica por ocho el espacio de su antecesor y, entre sus espacios singulares, destaca "el bosque inundado", un invernadero de 10.000 metros cuadrados que recrea un pedazo de ecosistema amazónico y donde pueden observarse: pirañas vegetarianas, caciques de cabeza amarilla, el roedor más grande del mundo y otras especies de animales y plantas típicas de la zona (salvo algunas excepciones).
Hay muchas más secciones de las cuales no hablaremos, porque se escapan de la temática de la web, pero os invitamos a realizar una visita al recinto y a descubirlas vosotros mismos.
Situación y acceso
El nuevo museo de la ciencia de la fundación "La Caixa" se encuentra situado en la calle Teodor-Roviralta, 47 - 51 , en el barrio de Sarrià - Sant Gervasi de Barcelona. Está situado en un emplazamiento emblemático al pié de la montaña de Collserola y justo al lado de la Ronda de Dalt (salidas 7 y 9).
Cosmocaixa cuenta con aparcamiento cubierto propio situado en la calle Quatre Camins nº 89 con plazas limitadas y de pago. También pone a disposición de sus visitantes, un aparcamiento al aire libre gratuito situado justo delante del museo.
Si queréis venir en transporte público:
BUS: 17, 22, 58, 73, 75 y 60.
Ferrocarriles de la Generalitat: Estación Avinguda Tibidabo.
Tarifa y horarios
Horario: De martes a domingo de 10 a 20h. Los lunes festivos también permanece abierto y cierra: 25 de diciembre, 1 y 6 de enero.
Tarifa: 3 euros. La tarifa reducida de 2 euros se aplica presentando: carnet joven, carnet de estudiante, jubilado o bien en el caso de los niños.
Nuestra visita
Partimos una soleada tarde de sábado hacia los barrios altos de Barcelona al encuentro del nuevo museo de la ciencia. Era tanta la propaganda que habíamos visto en televisión y periódicos, que queríamos comprobar con nuestros propios ojos, este interesante proyecto de "La Caixa".
El edificio de Cosmocaixa lo podéis ver en la siguiente imagen:

Vista exterior de Cosmocaixa
Una vez dentro del edificio, encontraréis a mano izquierda una zona de taquillas donde podréis dejar el exceso de equipaje que llevéis encima y que os impediría hacer una visita cómoda. Si seguís avanzando, encontraréis la mesa de información y al fondo del pasillo principal, la zona de taquillas donde podréis comprar vuestras entradas.
En las cercanías, tenéis una tienda de "souvenirs" donde podéis comprar un recuerdo de vuestra visita, aunque debemos deciros, que venden muchas más cosas que lo que estrictamente son recuerdos: microscopios, libros, esferas de la NASA, etc...
A mano izquierda de la zona de taquillas, tenéis un pasillo que os llevará a los tornos de entrada al museo.

Zona de validación de entradas
¡Ya estáis dentro del museo! Ahora, tendréis el privilegio de recorrer a pie una de las rampas en caracol más grandes que existen y en cuyo centro, podréis observar el tronco de una acariquara ( Minquartia guianensis ).

Se trata de un árbol amazónico, de madera fuerte, que puede llegar a los 30 metros de altura. Acariquara significa "huecos de los peces acari", quizás porque estos peces blindados de placas óseas y de carne sabrosa, se esconden entre los huecos de su tronco cuando está sumergido. El ejemplar expuesto tiene 300 años de antigüedad y pesa 7000 Kg.
Cuando lleguéis al final de la rampa, entraréis en el corazón del museo a través de unas puertas correderas de cristal. Allí, podréis contemplar: la exposición temporal que en aquel momento esté expuesta (Los Iguanos fue la que había cuando nosotros visitamos el museo), estudiar un poco de física, conocer el origen del hombre y de la vida, y finalmente, al fondo de todo, tenéis la entrada al bosque inundado.
A partir de aquí, vienen los problemas fotográficos debido a la oscuridad del recinto y a la imposibilidad de utilizar cámaras con "flash". Disculpad la calidad de las imágenes, pero no hemos podido hacerlo de otra manera con nuestro limitado equipo.
La visita al bosque inundado se inicia a través de un pasillo subterráneo donde podéis observar cómo trabajan las hormigas cortadoras de hojas y justo en frente de ellas, los de espíritu más salvaje podréis disfrutar con dos hermosos ejemplares juveniles de anaconda ( Eunectes murinus ).

Las anacondas son las serpientes más grandes del continente americano, matan por estrangulamiento y pueden alcanzar un tamaño de hasta 10 metros de longitud. Son muy buenas nadadoras.
Continuando por el mismo pasillo, si alzáis la vista al fondo, podréis ver una panorámica subacuática del bosque inundado.

Es muy importante que todos aquellos que no conozcáis un poco la fauna amazónica, vayáis al proyector digital que hay situado a mano izquierda del acuario y leáis las fichas que han preparado los de Cosmocaixa de cada una de las especies que hay expuestas. Como suele suceder en todas las exposiciones de animales, nunca están las fichas de todos los animales que hay expuestos, pero bueno, al menos algunas sí están.
Si seguís caminando por el pasillo, encontraréis, a mano derecha, un alto terrario dedicado a las ranas flecha sudamericanas.

La verdad es que pese a que estas ranas son de costumbres diurnas, cuesta mucho observarlas en esta instalación y la mayoría de gente ni se percata de su presencia. Son dos los problemas básicos que existen. El primero es que la gente no sabe "qué es lo que tiene que buscar", no hay ninguna fotografía que les sirva de guía, sólo hay explicación y eso no es suficiente. Y en segundo lugar, creemos que el terrario está sobredimensionado tanto por el bien de las ranas como por la finalidad de la exposición. Nosotros a la única que vimos fue a una Dendrobates tinctorius .
Estáis a punto de salir del pasillo subterráneo, pero un mirador de la superficie del bosque inundado, os depara una grata sorpresa...

¿Soy un castor?
Los visitantes no consiguen identificar al animal y la mayoría de ellos, lo confunden con un castor, pese a que no tiene la cola tan característica de éstos. Se trata de un capibara ( Hydrochoerus hydrochaeris ), el roedor más grande del mundo (50 Kg de peso), vegetariano y de costumbres muy acuáticas como puede apreciarse en la imagen.

Fijaos en la morfología de sus patas.
En Cosmocaixa, incluso los podéis observar en la intimidad, y sino fijaos en éste como duerme a pierna suelta y ni se inmuta ante la presencia de nuestra cámara.

¿No os dan ganas de pegarle un achuchón? (a mí sí, es como un oso amoroso, un capibara amoroso ;))
Ahora sí, habéis llegado al invernadero...¡estáis en el corazón de plena selva amazónica!... bueno, al menos, es la sensación que se espera que tengan los visitantes y debemos reconocer que la decoración está muy lograda.

Primeras vistas del invernadero.
Un camino bordea el pedazo de selva y mientras camináis por él, podéis oir los sonidos de los pájaros que vuelan en regimen de semilibertad por el recinto tales como los caciques de cabeza amarilla, de vuelo tan rápido y posados a tal altura que nos fue imposible fotografiarlos.

¿Qué observan tan atentos este padre y su hijo?

Esta fantástica recreación del bosque inundado
El viaje se hace corto y ya hemos llegado al final del camino, pero nos queda una sorpesa final: ¡Empieza a llover!

Unos aspersores situados en lo alto del invernadero simulan la lluvia.
Pero tranquilos... ninguno de los visitantes se moja, ya que el agua cae sobre lo que es estrictamente "la selva", y sino mirad que tranquilos caminan los visitantes por el camino en esta panorámica.

El exceso de agua del tanque rebosa por uno de los laterales que ya está preparado para este fin.

Veáse la regilla inferior donde se encuentra el sumidero
Cuando para de llover, podemos acercarnos a la parte acuática y hacer una panorámica de su superficie.

¿Qué son esas sombras que se observan?
Parecen seres muy peligrosos acorde con la información del cartel:

La verdad es que parte de razón no le falta, sobre todo, porque los peces son muy curiosos y se acercan a la superficie a ver si cae algo de comida. Si algún niño mete la mano por curiosidad en el agua y alguno de los peces le pega un mordisco, se puede liar la marimorena entre los padres y el niño, así que cuando se trata con el público, todas las precauciones son pocas.
En el acuario, no todo lo que nadan son peces carnívoros, por ejemplo, son confundidos con las famosas "pirañas asesinas", las llamadas "pirañas herbívoras" o pacu ( Colossoma macropomum ), unos peces frugívoros que se nutren principalmente de los frutos que caen de los árboles al agua.

Hermoso ejemplar adulto de pacu

Acuario con varios pacús
En el tanque también pueden observarse varios ejemplares de pirarucú ( Arapaima gigas ). Pertenecientes al grupo de los osteoglosomorfos se caracterizan por presentar una lengua con dentición ósea originada del basihyal que utilizan para sujetar y decapitar las presas contra el techo dentado de la boca durante el acto de succión.
El pirarucú es un pez que puede llegar a alcanzar los 5 metros de longitud y 200 Kg de peso. Presenta un divertículo del digestivo que utiliza a modo de pulmón y coloca a la descendencia en el interior de su boca a la menor señal de peligro.

Pirarucú descansando en el fondo
Otros animales que nadan en la columna de agua son un pequeño banco de metynnis listado negros ( Myleus schomburgki ) herbívoros como los pacu.

Nótese la franja negra que les da nombre
Así como otros peces muy populares entre los acuariófilos tales como: Heros notatus o Astronotus ocellatus (el popular oscar).

Ejemplar adulto de A. ocellatus
Y sobre el fondo del tanque, podéis encontrar a diferentes especies de loricáridos y también, al pez gato de cola roja (Phractocephalus hemiliopterus) que con 1 metro de longitud cuando es adulto, se convierte en uno de los mayores siluros de la Amazonia.

Pez gato de cola roja descansando sobre el fondo
Ha llegado el momento de salir del invernadero, pero nosotros nos encontramos con una graciosa sorpresa.

Trompeteros aligrises
Una pareja de trompeteros aligrises ( Psophia crepitans ) custodiaban la salida del invernadero y tuvimos que interrumpir los arrumacos que se prodigaban para que nos dejaran salir. El nombre común de esta especie deriva del sonido de su canto que se asemeja a una trompeta, pero nosotros no tuvimos ocasión de oirlo.
Cuando salís del invernadero, podéis observar una panorámica del acuario desde el exterior.

Véase la imitación de raíces paliformes dentro del tanque típicas de plantas que viven en suelos inestables.
Una vez fuera, tenéis la posibilidad de visitar los acuarios que hay en las cercanías de la instalación del bosque inundado. Un ejemplo de ellos os los mostramos a continuación:

Acuario de peces escorpión ( Pterois volitans )

Los radios dorsales del pez escorpión son venenosos

Un cefalópodo primitivo ( Nautilus ), aunque lo pueda parecer, no es un gasterópodo (caracol).

A un recinto visitado por niños, no podía faltar un acuario con unos cuantos "Nemos".

El saltarín del fango es un pez anfibio, territorial y de agua salobre.
A todos estos acuarios, les acompañaban otros muchos más, amén de algunos terrarios.

Un hermoso escinco ( Tiliqua scincoides )
Esperamos que os haya gustado la visita virtual que os hemos preparado al Cosmocaixa, porque ha llegado el momento de ponerle fin. Nuestra valoración general a las instalaciones ha sido buena, los animales estaban bien cuidados y no mostraban síntomas de enfermedad, al menos, los que estaban allí expuestos, aunque todo es mejorable como siempre. De todos modos, fue sospechoso ver como el acuario dedicado a los peces elefante (peces delicados) estaba vacío o del grupo de Nautilus que nos dijeron que habían visto unos compañeros hacía unos meses, tan sólo hubiera uno, que hubiera ejemplares muy juveniles de algunos peces que si llevaban tiempo allí, debieran al menos duplicar o triplicar el tamaño... No queremos ser malpensados, pero nos da en la nariz, que sólo les aguantan las especies más batalleras y que tienen que estar constantemente reponiendo peces.
Barcelona, 4 de Diciembre de 2004
|