Caracoles. ¿Enemigos o aliados?
Es común que cuando introducimos plantas en nuestro acuario directamente del comercio sin realizar una observación minuciosa, hagamos entrada también de una serie de huéspedes de forma generalmente involuntaria y que son, principalmente, gasterópodos acuáticos.
Suelen venir en forma de huevos adheridos a las hojas y tallos de las plantas o bien en forma de adultos que no tardarán mucho en reproducirse y dar lugar a nuevos individuos. Por ello, en el presente artículo vamos a intentar mostrar al lector las ventajas e inconvenientes de la presencia de estos moluscos en su acuario, siendo nuestro deseo el dar una información completamente objetiva y basada principalmente en los criterios de la biología de la especie de gasterópodo en cuestión. Debemos advertir que existe discrepancia de opiniones al respecto y que no todos los autores son capaces de uniformizar criterios.
No vamos a iniciar el artículo hablando de características anatómicas de los gasterópodos como sería lógico, puesto que ya son tratadas de forma extensa en la ficha del caracol terrestre (sección acuaterrario), así que animamos a todos aquellos que estén interesados a que lean la ficha en cuestión, ya que aquí vamos a centrarnos más puramente en cuestiones ecológicas: control de poblaciones, catalogación de plaga, especies recomendables para el acuario, etc...
Reciben la catalogación de especies plaga, todos aquellos organismos que por su gran fecundidad son capaces de producir un gran número de individuos en un periodo corto de tiempo que unido a su capacidad de adaptación, los convierten en un serio peligro cuando hacen acto de presencia en un lugar donde abunda su principal fuente de alimento y las condiciones ambientales les son favorables. Esto no implica que la simple presencia de estos organismos sea lo que conocemos como plaga, ya que el concepto de plaga guarda relación con el número de individuos que presenta la población y que los ecólogos, en función de cada especie, han ido asignado un número de individuos a partir del cual la especie recibe la catalogación de plaga en un determinado cultivo.
Generalmente, los organismos catalogados como especies plaga suelen ser animales o plantas de vida corta que no invierten mucha energía en el mantenimiento de estructuras, de tamaño pequeño con gran mortandad juvenil lo que explica la gran cantidad de individuos en la descendencia, y es lo que en biología de poblaciones se conoce como organismos que siguen la estrategia de la r. Esto es debido a que estas especies suelen ser típicas de ecosistemas inestables como charcos y tiendan a reproducirse muy rápidamente para aprovechar al máximo los recursos que en él se encuentran antes de que se agoten o desaparezca el hábitat.
Esto conlleva a que muchas veces se emplee de forma errónea el concepto de plaga con todo lo que éste abarca y es común entre los acuariófilos catalogar la presencia de unos pocos caracoles en su acuario como plaga cuando en realidad están muy lejos de serlo, si bien esto no quiere decir que puedan serlo en un futuro si se dan unas condiciones determinadas y es precisamente por ello, que sí se catalogan como especie plaga, es decir, se trata de un organismo que reúne todas aquellas características que hemos comentado anteriormente.
¿Cómo afectan los caracoles en términos de carga orgánica del acuario?
Todos los organismos que pueblan el acuario producen desechos orgánicos que deben ser biodegradados por el sistema de filtración biológica, así que una población de caracoles también produce carga orgánica y por tanto, deben tenerse en cuenta para no sobrepoblar nuestro acuario.
Así pues, en términos de población un grupo pequeño de caracoles no supondría ningún problema para el equilibrio biológico de nuestro acuario, sin embargo, cuando su número es muy elevado puede ser tan perjudicial como tener una masificación de peces, ya que producen gran cantidad de excrementos.
¿Qué beneficios aporta el mantenimiento de gasterópodos en el acuario?
Los caracoles cumplen una función muy importante en cualquier ecosistema al alimentarse básicamente de restos vegetales en descomposición, algas y detritus que encuentran allá por donde pasan, si bien la preferencia por uno u otro de los alimentos va en función de la especie ante la cual nos encontremos como hemos visto en la descripción de las especies más comunes.
Debemos advertir que la tónica general es lo descrito en ese apartado, si bien no nos extrañemos si nuestros caracoles pese a ser una especie que en principio respeta las plantas las devora pero sobre esto hablaremos en el apartado de perjuicios, ya que influyen una serie de causas.
Aquí destacaremos su importancia como brigada de limpieza, no en vano nos ayudan a mantener bajo control las algas, comen los restos de comida, sirven de alimento a ciertas especies de peces, ayudan a mantener un fondo sano, devoran plantas enfermas, etc...
¿Por qué pueden ser los caracoles acuáticos un problema para nuestro acuario?
Como ya dijimos al hablar de la contaminación orgánica, los caracoles no dejan de ser organismos vivos que fruto de su metabolismo generan excrementos que deben ser procesados en el acuario y por tanto, están implicados en la biomasa total del acuario.
El siguiente problema también va asociado al número de individuos que tenga la población de caracoles en nuestro acuario pero, en términos de competencia intraespecífica. La razón es que conforme incrementamos el número de caracoles en un acuario disminuyen los recursos alimentarios lo que provoca que los animales busquen alternativas como pueden ser las propias plantas del acuario y ésta seria una de las posibles explicaciones a los ataques que sufren nuestras plantas acuáticas por parte de especies que a priori eran detritívoras.
Los gasterópodos acuáticos tienen una importancia relevante en el ciclo biológico de muchos parásitos que pueden afectar a nuestros peces, especialmente cuando los caracoles no han sido criados en nuestro acuario y provienen de otra instalación. Tan sólo por poner un ejemplo hablaremos del ciclo típico de uno de estos parásitos como pueden ser los trematodos digenéticos:
Los huevos del parásito llegan al agua provenientes de una ave infectada donde eclosionan y dan lugar a una larva ciliada que recibe el nombre de miracidio la cual entrará en un caracol dando lugar a un esporocisto que irá creciendo hasta originar un gran número de redias que a su vez darán lugar a una gran cantidad de cercarias que taladrarán la piel del pez y se introducirán quedando enquistadas en forma de metacercarias a la espera que el pez sea devorado por una ave donde dará lugar al trematodo adulto cerrándose así el ciclo.
Así pues, los caracoles pueden convertirse en un problema básicamente por dos motivos como hemos visto bien sea porque su población ha incrementado demasiado en número y se crea gran competencia por los recursos o bien porque pueden ser portadores de fases intermedias de algún parásito.
Mecanismos de control de la población de caracoles
Bien sea porque queramos eliminarlos de las plantas recién compradas o bien porque tengamos un exceso de caracoles en el acuario, necesitaremos conocer algunas técnicas de exterminio de este tipo de invertebrados.
Si estamos hablando de plantas acabadas de comprar, lo primero que deberemos realizar es una inspección ocular en busca de adultos o puestas que podremos retirar fácilmente de forma mecánica con ayuda de nuestras manos, sin embargo, podemos utilizar una dosis de algún molusquicida comercial o bien un poco de sulfato de cobre que resulta letal para estos animales.
Nosotros, si tenemos que posicionarnos enfrente a la utilización de productos químicos para controlar a estos animales, únicamente la defenderemos cuando consista en un tratamiento antes de introducir las plantas en el acuario.
La razón de nuestra postura se debe a que siempre es recomendable evitar el empleo de productos químicos en un acuario a pleno funcionamiento por los trastornos que éstos puedan causar tanto a peces, plantas como a la flora bacteriana que se encuentra en los filtros y es que absolutamente cualquier organismo prefiere un entorno libre de productos químicos disueltos. Por otro lado, la muerte de una gran cantidad de caracoles es equivalente a dejar el cadáver de algún pez sin retirar con todos los riesgos que implica de contaminación del agua y foco de enfermedades, así que como nos será imposible retirar todos los cadáveres de caracol por mucho esmero que le pongamos mejor evitemos los exterminios en masa.
Están muy desarrolladas entre un buen grupo de aficionados las famosas "trampas de caracoles" de las cuales hablaremos a continuación y que pueden no ser la panacea. Las trampas se basan en la colocación en el fondo del acuario de un pequeño recipiente con un cebo para los caracoles (verdura, comida de peces...) que cubrimos con una tapa para evitar que los peces accedan a él pero en cambio, sí puedan hacerlo los caracoles por todo el perímetro (debemos dejar suficiente espacio).
El funcionamiento de este trampeo se basa en atraer a los caracoles hacia el alimento durante la noche o amanecer y retirar durante el día todos los individuos que en el recipiente se hayan concentrado, montando nuevamente la trampa para realizar más capturas. Tendremos un elevado porcentaje de éxito siempre y cuando el alimento de los caracoles que de forma natural encuentran en el acuario sea escaso, ya que como era de esperar si abunda la comida los caracoles tienen muchos sitios donde alimentarse sin ir precisamente a la trampa. Por esto, decíamos que las trampas tampoco son la panacea.
Ayudados o no por trampas, la retirada manual de caracoles es una excelente manera de controlar su población basta con coger un salabre y realizar barridos por los cristales donde suelen andar estos moluscos o bien con la mano sacar el mayor número de ejemplares que veamos sobre la decoración, plantas, etc... y con un poco de paciencia y constancia os podemos asegurar que la población de moluscos quedará bajo control.
Si las condiciones de nuestro acuario nos lo permiten, así como también el resto de habitantes, podemos valernos de un pequeño grupo de lochas payaso (Botia macracantha) que son auténticas devoradoras tanto de caracoles adultos como de sus puestas. Si abundan los caracoles no es necesario que alimentemos a las lochas como si de otro pez se tratase, ya que así garantizaremos que se encargan de buscar el alimento y no se apuntan a la buena vida.
Otro exterminador de caracoles son los peces globo (Tetraodon spp.), sin embargo, se trata de peces pendencieros que no dudarán en devorar o morder a sus compañeros de acuario, por eso no los recomendamos para el acuario comunitario.
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