Luchador siamés. Ganar o morir, esa es la cuestión.
Si en occidente habían, y por desgracia aún hay quienes las realizan, peleas de gallos y perros, en oriente, la moda son las peleas de peces. El luchador del Siam es un pez muy popular entre los aficionados por su bella coloración, pero es utilizado por los tailandeses para hacer apuestas que mueven importantes sumas de dinero.
Nosotros no le vamos a dedicar un artículo por su fama de guerrillero, sino por la gran popularidad que tiene entre los aficionados. Es un pez bello y muy resistente en cautividad, lo que lo convierte en el pez ideal para determinados tipos de acuarios y por supuesto, para el acuariófilo novel.
Sistemática y taxonomía
Filo Cordados
Subfilo Craneados
Superclase Gnatostomados
Clase Actinopterigios
Subclase Neopterigios
División Teleósteos
Orden Perciformes
Suborden Anabantoidei
Familia Osfronémidos
La especie ha recibido a lo largo de la historia diferentes nombres: Betta trifasciata , B. "rubra", etc... pero el nombre válido en la actualidad, es B. splendens (Regan, 1910).
Selección artificial
Los betta salvajes no son tan variopintos como los que podemos ver en los comercios del ramo. Es más, condenados a la extinción estarían estos peces en la naturaleza, si fueran como las variedades comercializadas.
Como siempre, los criadores han querido realzar la belleza de por sí innata de un pez salvaje, para hacerlo todavía más atractivo a los aficionados. Lógicamente, la selección que hacen los criadores acuariófilos no es la misma que hacen los tailandeses para sus peleas, ya que a nadie se le escapa que, los caracteres que hay que fijar ("resaltar"), son bien distintos en un caso o el otro.
En ocasiones, cuando se habla de una misma especie con diferentes coloraciones (o formas), a los aficionados, lo primero que se nos pasa por la cabeza es el término "hibridación" o incluso, hay quien habla de razas o pretende elevarlos a la categoría de especie o subespecie. Debemos saber, que toda esta nomenclatura tan extendida en el argot acuariófilo, en este caso (y por consiguiente, en casos semejantes), está mal utilizada y lo correcto, es hablar de variedades cromáticas de la única especie existente que es B. splendens . Si lo preferís, también podéis utilizar el apelativo de "morfo" cromático.
Origen y hábitat

Macho de B.splendens
El combatiente siamés es oriundo del sudeste asiático, donde habita los cursos de agua lentos o estancados con fondo fangoso tales como los arrozales inundados.
Acuario
Podemos plantearnos su mantenimiento en cautividad en un acuario clásico, o bien buscar alguna alternativa más simple. Nosotros consideramos que es cuanto menos un delito, mantener a uno de estos bellos peces en un jarrón de apenas un litro de agua o incluso menos. Así que debemos contemplar volúmenes de agua más grandes, de al menos 5 litros por pez, sea cual sea el tipo de habitáculo en el que decidamos mantenerlo.
Tamaño
Como os hemos dicho en el párrafo introductorio de este apartado, es frecuente ver en los comercios, a luchadores siameses embutidos en pequeños vasos a la espera que algún acuariófilo piadoso se los lleve a casa. Por cuestiones de ética, el mantenimiento de un combatiente en nuestros hogares no debiera seguir la tónica de lo que hemos visto en el comercio, sino que debiéramos proveernos de un pequeño acuario de unos 6 litros (como mínimo) para un macho solitario, o bien de un acuario de mínimo 20 litros, si es nuestra intención dedicarnos a la cría, o de mayor tamaño, si va a formar parte de la población de un acuario comunitario (ver apartado de sociabilidad más abajo).
Decoración inerte
Los betta se contentan con bien poco y en lo referente a decoración inerte, pues dependerá del tipo de montaje que queramos hacer y de nuestra finalidad. Si optamos por el mantenimiento de un macho solitario en un pequeño recipiente, la arena puede ser un incordio para realizar los cambios de agua, pero cumple un papel decorativo importante, algo que también hay que tener en cuenta, aunque nos lleve más trabajo.
Por otro lado, si queremos dedicarnos a la cría, nuestra recomendación es que dejéis el suelo desnudo, pero sobre esto, ya hablaremos en el apartado de reproducción.
Respecto a rocas o troncos, pues más bien no son necesarios. Los combatientes prefieren una abundante vegetación antes que a éstos, de modo que salvo en los acuarios comunitarios, en una instalación de bettas, no son estrictamente necesarios.
Plantas
Deben ser las estrellas, junto con los bettas, de una instalación dedicada a estos peces. Las plantas actuarán como auténticas depuradoras de los pequeños acuarios sin filtro donde mantengamos a un orgulloso macho solitario, pero cumplen un papel importantísimo también durante la reproducción como material de construcción del "nido", pero también, como refugio para las hembras.
Podemos colocar, dependiendo de la iluminación de nuestro acuario, un abanico bastante grande de especies. Quienes no pueden faltar en este tipo de instalaciones, sean del tipo que sean, son las plantas flotantes.
Decidáis lo que decidáis, pensad que en la naturaleza, el animal literalmente tiene que nadar entre una espesa maraña de vegetación.
Filtración
No es requisito imprescindible para el mantenimiento de un acuario con combatientes. Es más, es contraproducente su uso, si queremos dedicarnos a su reproducción.
Como ya debéis saber, si habéis leído el artículo de mecanismos accesorios de respiración, los bettas, al igual que otros representantes del mismo orden, presentan un órgano especial que recibe el nombre de laberinto por su forma y que utilizan para captar oxígeno atmosférico, de modo que no dependen de la concentración de oxígeno del agua como otros peces.
Esto hace que puedan ser mantenidos en esos pequeños recipientes que vemos en los comercios y que, en nuestros hogares, puedan estar en pequeños acuarios con plantas acuáticas sin ningún tipo de aireación o filtración.
Lógicamente, si los mantenemos en un acuario mayor con abundante vegetación y un filtro adecuado al volumen del tanque, se sentirán igual o más a gusto. Son muy plásticos en este aspecto, pero evitemos la corriente excesiva.
Calefacción
Los bettas son peces ideales para acuarios sin calefacción siempre que la temperatura ambiental no descienda de los 20ºC. Como la mayoría de nuestros hogares tiene calefacción, esto no supone ningún problema incluso en invierno, y hace que la mayoría de aficionados puedan tener un betta en un mini acuario con una planta sin ningún equipo más que una pantalla de luz y que puedan disfrutar de él durante muchos años.
Por otro lado, sin ningún problema, podemos mantener a luchadores siameses en un acuario clásico tropical. Lo único a tener en cuenta, es que no se forme un aire excesivamente viciado entre la superficie del agua y la tapa del acuario, especialmente durante los meses más calurosos del año, o la salud de nuestro "amigo" se resentiría.
Mantenimiento del acuario
Seguramente, estamos ante una de las especies más fáciles de mantener en acuario. Es muy resistente, incluso cuando las condiciones no son las adecuadas, pese a que todo tiene un límite y acaba enfermando como el resto de mortales. De todos modos, no debemos llegar a este extremo o estaríamos poniendo en entredicho nuestros conocimientos acuariófilos.
Calidad de agua
Tienen un amplio rango de tolerancia en lo que a parámetros químicos se refiere como hemos dejado caer en la introducción. Pese a esto, debemos evitar que se acumulen en el agua desechos orgánicos en demasía que acaben originando, al descomponerse, compuestos tóxicos que causen enfermedades en nuestros combatientes.

Lo dicho en el párrafo anterior, debe tenerse muy en cuenta, especialmente, por todos aquellos aficionados que deciden mantener a un luchador siamés en volúmenes reducidos de agua. No en vano, es famosa la costumbre de todo acuariófilo novel, de alimentar en exceso a sus peces, dejando mucha comida sobre, que lo único que hace es pudrirse en el agua. Pues bien, este problema en un acuario sin ningún sistema de filtración, todavía se acentúa más, así que sed cuidadosos.
Poniendo algunos parámetros de referencia...
pH: 6,0 - 8,0
gH: blanda a dura (hasta 40ºdH)
Nitritos: inexistentes
Nitratos: < 50 mg/l
Alimentación
Este puede ser el único problema que tengamos con nuestro combatiente. La mayoría de luchadores comercializados son alimentados con alimento congelado (especialmente, larvas de mosquito que son sus preferidas), tanto durante su estancia en los comercios como en los criaderos. Esto hace que, cuando adquirimos un combatiente, éste se muestre reacio, al menos un buen número de ellos, ha aceptar la comida seca durante los primeros días.
Normalmente, este comportamiento de "gourmet" lo pierden con el paso del tiempo y se vuelven de mejor boca. Nosotros os recomendamos que no dejéis de insistir y suministréis alguna comida granulada o larvas liofilizadas para acostumbrarlo al pienso seco que siempre es bueno, especialmente, cuando tiene que quedar otra persona a cargo de tu pez o, simplemente, cuando te vas de vacaciones e instalas un alimentador automático.
Sociabilidad
Los combatientes son famosos por la agresividad de los machos (las hembras son más sociables) frente a otros individuos de su mismo sexo, pero lo cierto, es que también pueden comportarse del mismo modo con las hembras de su especie (lo veremos en el apartado de reproducción) o con otros peces.
Respecto a la agresividad intraespecífica y, concretamente, verso a otros machos, tanto en la naturaleza como en cautividad se manifiesta, si bien hay que hacer matices. Hemos titulado este artículo "ganar o morir" y es que esto es lo que sucede en cautividad, pero en cambio, en la naturaleza, las contiendas que se desencadenan, raramente acaban con la muerte de alguno de los contricantes.
Cuando dos machos se encuentran, ponen en marcha un "display" de demostraciones de fuerza y tamaño que tienen como finalidad mostrar sus cualidades físicas al contrincante, en definitiva, sirve para medir sus fuerzas. Los machos extienden sus aletas, abren sus opérculos, nadan en paralelo, etc... Si la disputa no puede solucionarse con estas demostraciones de fuerza, entonces es cuando se desencadena la lucha y se propinan fuertes mordiscos hasta que uno de los contrincantes se rinde. Llegado este momento, el "vencido" emprende la huída a toda mecha y el "vencedor" lo persigue hasta expulsarlo de su territorio. Desgraciadamente en acuario, no tienen posibilidades de huir.
Su sociabialidad con otras especies depende del tamaño del acuario y de las características de éstas. Si colocamos en su acuario, un banco de algún pez gregario pacífico, muy probablemente, no tendremos problema alguno ni con él ni con los otros peces.
A fin de cuentas, se trata de un problema de territorialidad. Si el macho de combatiente se hace el dueño de una parte de un acuario de 120 litros (por decir algo), ese territorio representa una pequeña parte de la superficie total del acuario, de modo que sus "contricantes" pueden huir hacia la zona que se escapa de sus dominios (no funciona en el caso de otro macho). Por el contrario, si tenemos a un combatiente en un pequeño acuario de 28 litros, verá todo el acuario como su territorio, y tendremos más números que haya contiendas continuas entre sus habitantes.
Por otro lado, debemos decir que hay combatientes y combatientes, al igual que un humano no es igual a otro. Lo que queremos decir, es que puede que algún aficionado no tenga problemas manteniendo a un luchador siamés con tales o cuales peces, pero en cambio, haya otro que sí los tenga. La variabilidad es algo que siempre debemos tener en cuenta cuando trabajamos con seres vivos.
Lo que sí, por regla general se cumple, es que debemos evitar asociar a los combatientes con peces de aletas demasiado exhuberantes y de lentos movimientos, ya que tienen muchos números de recibir algún mordisco. Por tanto, peces de colas grandes y coloreadas, como los guppy ( Poecilia reticulata ), no son los compañeros más adecuados para un betta.
Del mismo modo, tampoco debemos asociar peces demasiado vivaces con un combatiente o, en este caso, será él quien reciba los mordiscos de sus compañeros. Hablamos de peces como barbos, determinados tetras, etc...
Reproducción
La cría de los combatientes es fácil. El principal problema es conseguir una pareja reproductora que se lleve bien y sacar adelante los alevines durante sus primeros días de vida.
Dimorfismo sexual
El dimorfismo sexual en esta especie es más que evidente. Los machos presentan una aletas mucho más desarrolladas que las de sus compañeras y además, tienen mayor colorido y su tamaño es ligeramente mayor (7 cm.). Pero... ¡cuidado! No es oro todo lo que reluce.

Hembra de B.splendens
En los comercios, es frecuente que estén a la venta mezclados con las hembras, machos jóvenes (hasta los 2 - 3 meses de edad no se diferencian) o machos de aletas cortas. Por tanto, no debemos guiarnos exclusivamente por los caracteres anteriormente comentados.
Las hembras suelen tener una coloración más apagada y una raya negra que les recorre el cuerpo de cabeza a cola, de todos modos, siempre hay excepciones. Aparte, cuando están maduras y dispuestas a la reproducción, presentan en el ano un botón blanco muy característico (es un carácter inconfundible para identificarlas).
Cría
La pareja que ha sido alimentada de forma individual durante el periodo prereproductor, se traslada al tanque de cría. Éste consistirá en un pequeño acuario de a lo sumo 30 litros al que se le habrá reducido el nivel del agua a unos 15 cm.
Dentro de él, ya deben estar colocadas abundantes plantas acuáticas y altamente recomendable que Riccia fluitans sea la planta flotante. Colocaremos al macho, que lo dejaremos nadar libre por el acuario y a una hembra madura (recordemos lo del botón blanco), pero a ésta la colocaremos en una jarra transparente para que pueda ser vista por el macho.
Si todo va bien, el macho iniciará la construcción del nido burbuja y sólo cuando lo haya acabado, liberaremos a la hembra y observaremos que sucede. En principio, al ser una hembra madura, ésta debiera ser acceptada por el macho, mientras que sino lo fuera, la atacaría como si de otro macho se tratase. De todos modos, la naturaleza siempre nos sorprende.
Si las cosas van bien, el macho extenderá sus aletas y abrirá sus opérculos para pavonearse delante de su compañera. Hará una serie de danzas hasta conseguir llevarla bajo el nido burbuja que acaba de construir. Una vez allí, la abrazará fuertemente con su cuerpo y literalmente la exprimirá para que expulse los huevos que en el momento serán fertilizados. Ambos progenitores caen al suelo y sin esperar, el macho empieza la ardua tarea de trasladar todos los huevos al nido.
Es precisamente debido a esta última parte, que no recomendamos la colocación de sustrato (grava, arena, etc...) en el acuario de cría.
A partir de este momento, debemos retirar a la hembra del tanque de cría o de lo contrario, puede perecer con las embestidas del macho.
A una temperatura de 26ºC, los huevos empiezan a eclosionar pasadas 24 - 30 horas. En este momento, pueden verse una masa de pequeños "bichillos" temblorosos entre las burbujas del nido. Es un momento especialmente estresante para el progenitor, ya que debe evitar que las crías caigan del nido y con lo movidas que son, la tarea no es fácil.
Necesitarán de dos a tres días para absorber el saco vitelino y empezar a nadar libremente. Durante los primeros días de sus vidas, las crías son muy delicadas, así que no nos extrañe tener bajas. Llegados a esta fase, nuestra recomendación es que retiréis al macho del tanque de cría y dejéis a las crías solas.
Sólo cuando nadan libres, deben empezar a ser alimentadas. Dado el tamaño de sus diminutas bocas, se les suministrarán durante los primeros días infusorios. Cuando hayan crecido un poco, cesaremos el suministro de éstos y empezaremos con nauplios de artemia salina que son mucho más nutritivos.
Otro momento crítico de la vida de los alevines, es cuando éstos desarrollan el órgano del laberinto. También debemos estar preparados para sufrir bastante bajas. El agua del acuario durante este periodo (a las 3 semanas), debemos procurar que esté a la misma temperatura que la ambiental, o de lo contrario, tendremos más bajas de las previstas. Colocando una tapa sobre el acuario de cría, solucionamos el problema.
Si todo va bien, al cabo de 6 meses, tendremos individuos tan hermosos como sus progenitores. Procurad irlos separando por sexos para que no haya batallas innecesarias.
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